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La empresa salvadoreña Hilasal, (Hiladería Salvadoreña S.A.) produce anualmente 8.4 millones de toallas y el 90 % de esa producción la exporta a diferentes países de todo el mundo.

Pero nada se da por arte de magia. Detrás de cada toalla producida hay trabajo, tecnología de última generación, recurso humano de calidad y trabajo en equipo.

El 90 % de lo que produce es exportado a diferentes países de Europa y América.

Todo inició en 1942 cuando se fundó Hilandería Salvadoreña S.A., mejor conocida como Hilasal y con ella una empresa que se convertiría en un ícono de la industria salvadoreña a nivel nacional e internacional.

En 1959 Hilasal aprovechó el Mercado Común Centroamericano y se convirtió en la empresa productora de toallas líder regional.

En 1968 Hilasal hizo su primera exportación a Europa y esta se convertiría en el segundo mayor mercado para la empresa salvadoreña. Tres años después Ricardo Sagrera Bogle se incorporó a la empresa desarrollando en esos años una fuerte estrategia para lograr entrar al mercado estadounidense.

Después de varios intentos, un ejecutivo de compras de las tiendas B. Altman, en New York, los recibió por diez minutos. Pero la toalla estampada de flores que se vendía en Centro América no fue de su interés y le aconsejó a Sagrera producir una toalla de mayor tamaño, que pudiese usarse en la playa, para extenderse sobre la arena, llamada “beach blanket”, con motivos marinos estampados y le ofreció comprarle un lote de prueba, si lograban cumplir con las especificaciones.

La operación culminó con la formación de la empresa Fashion Towels Imports Corporation (FTIC), en Miami, que se encargaba de suplir a los 14 agentes de ventas elegidos. Estos eran vendedores especializados en líneas de productos textiles para el hogar y gozaban de la representación exclusiva de las toallas Hilasal, para sus respectivas zonas.

Ya en 1975, Hilasal abrió su segunda planta, Textiles San Andrés y esta sería la primera fábrica en estampar toallas a máquina y reactivo en el mundo.

El proceso

Para elaborar cada toalla, Hilasal importa el algodón de los Estados Unidos, hacen el hilo y por medio de telares tejen la tela.

Esto va caminado al mismo tiempo con los múltiples pedidos de los diversos clientes nacionales y extranjeros.

A grandes rasgos el proceso inicia con una idea, un motivo, que se debe plasmar en un diseño.

Antes de hacer la producción se hace un proceso de muestra para enviar al cliente. Éste la aprueba y se realiza la producción.

David Castellón, que trabaja en el área de diseño y ya tiene 22 años en la empresa, explicó que ahora con la tecnología el proceso es mucho más rápído.

El proceso a seguir dependerá del producto final: si es liso, se hará blanqueo, tintura, lavar, secar, se cose, empaca y se envía al cliente.

Si es estampado, se hace separación de colores, se revelan marcos, se estampa toalla, se fija, lava, seca, cose, empaca y se envía al cliente.

La empresa también realiza impresión digitales con las que puede estampar una cantidad mayor en menos tiempo.

Hilasal creció y se expandió formando las empresas Valley Manufacturing, Exportsalva, Blue Logistics y BP Logistics Panamá.

Todas ellas suman 4,710 colaboradores, muchos de ellos tienen más de 20 años dentro de la compañía en donde han crecido.

Toda esta trayectoria le ha valido a Ricardo Sagrera Bogle y a Hilasal para que la Asociación Salvadoreña de Industriales lo elija para otorgarle el Premio ASI 2019.

Fuente: elsalvador.com

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